Volver a nacer, pero esta vez a través de uno mismo. Sacar fuera el desagradable ser arrugado, blando e indefenso, que enfrentado a todos los cánones de la estética es hermoso a los ojos de quien sabe mirarlo.
Entregar lo más intimo de uno a la merced y voluntad de un otro, sin más seguridad que la confianza.
Ser cálidamente recibido e incorporado a esa nueva persona, y descubrir al mismo tiempo su ser interior, vulnerable, cálido, confiado y tranquilo.
Entrar en el río, ser parte del todo, difuminar la propia identidad en una identidad más grande, infinita, eterna.
10 de febrero de 2008
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3 comentarios:
Cabaret! volví. me hiciste acordar a un poema de Laforgue que se llama algo así como "endecha del feto del poeta". No sé. solo eso y decirte que me gustó mucho. Ah, también agradecerte.
me alegro que haya gustado!
leí el poema de laforgue, no lo conocía.
Una duda, ¿agradecerme por ?
me gusta mucho este....
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