2 de agosto de 2007

Desgracia con suerte

Unos osos de peluche jugaban con dados de felpa sobre una mesa de pool.
La energía electrostática que generaron con el rozamiento fue tan grande que en un momento las bolas del pool comenzaron a recorrer los túneles secretos que las conducen dentro del aparato generador de entretenimientos en sentido inverso al que la ley de gravedad les ordenaba y salieron volando para todas partes, golpeando en las cabezas de los que allí estaban y rompiendo algunos vidrios.
La niña dueña de los osos de peluche salió con algunas leves heridas, pero no pasó a mayores.
Fue una desgracia con suerte.

1 comentario:

Perrito Wagneriano dijo...

Nazario Sampayo tuvo que cubrir la nota y se encargó de empapar en sangre a todo lo que hubiera en la vuelta, para dar más impacto, viteh?